viernes, 8 de julio de 2011

Me cambio por una grasa

Cuando creías que no había nada peor que el hecho de que tu chongo te deje, tu peor pesadilla se volvió una cruel realidad. No era que simplemente había decidido dejarte, sino que te había cambiado por la peor de las razas existentes: un gato, y de lo mas GRASA! Y ahí, en ese mismo instante, decidiste que era un momento perfecto para empezar a considerar el suicidio…
Pero lo más desagradable de todo no fue ver como la grasulienta lengua de ella inspeccionaba todo rincón inhóspito del individuo en cuestión, sino las calzas que dicho felino estaba usando…que hasta en cierto punto llegaron a hacerte creer que el atentado a la moda que ese pedazo de tela significaba, era mas grave que el haber sido reemplazada.
Y finalmente, te largaste a llorar y te mandaste una gran escena a lo novela mexicana, mientras le rezabas a dios en silencio que cuando se la este chupando, el muy impotente hijo de puta se tragara un par de pendejos.

1 comentario:

  1. noooo jajajajja que hija de puta que sooss!
    Sos grosaa..te admiro por tener los ovarios de decirlo jajajajaj

    ResponderEliminar