domingo, 27 de noviembre de 2011

Cruel y despiadada naturaleza

No existe peor derrota para una mujer soltera y despechada que darse cuenta que mientras ella se encuentra en una caída libre a un pozo sin fin, su ex esta cada día mas cerca de la perfección. Que por mas esfuerzo que haga, la depresión hace que mande la dieta al carajo, que el gimnasio termina de destruirle el poco respeto que le queda por ella misma porque tiene que enfrentarse con un personal trainer que le remarca todas sus imperfecciones y que cada día tiene más y más razones para llegar a su casa, ponerse el diario de Bridget Jones y llorar mientras canta “All by my self” fumándose un pucho y bajándose la botella de fernet.
A estas alturas ya no hay grupo de amigas que le levanten el animo, psicóloga que le de un camino alternativo, ni graduación alcohólica que hunda sus penas. Y aunque crea que ya nada puede ser peor, se equivoca… porque ahí aparece el, con toda su cuerpo tan finamente tallado por los dioses, viviendo el mejor puto momento de su vida, con minitas que al verlo se les cae la bombacha y se tiran demostrándole su maldito sex appeal.  ¡¿Por que, por que?!  Si a ella fue a la que dejaron,  si ella es a la que no se la cogen hace más de 5 meses, si ella es la que esta pensando seriamente en entrar a cuestión de peso… cuanto mas sufrimiento tiene que aguantar esta pobre mujer? ¿Que tiene que pasar para que a ese pendejo de mierda que esta tan fuerte se le pudran los dientes, se le marchite el pene y se le caiga ese culito manzanita que durante tanto tiempo fue la razón por la que la relación se mantuvo?

miércoles, 9 de noviembre de 2011

Enferma e incurable

Tengo la asquerosa necesidad de ser amiga de mis exs. Lo peor es que por más irritante que me resulte, no puedo evitar hacer todo lo posible para que esa persona siga formando parte de mi vida, COMO SEA.
Lo más triste de todo, es que logre llevarlo a tal nivel de inconsciencia que para cuando caigo en la cuenta de lo que hice, ya me convertí en la terapeuta de parejas de él y su felino acompañante y le termino dando consejos de cómo hacer para que ella experimente múltiples orgasmos… pero que mierda tengo en la cabeza? Será que de tanto leer la Cosmopolitan me volví una enfermita mental que de lo único que sabe hablar es de sexo? (de otros, porque ni siquiera yo puedo implementar los nuevos tips de cómo hacer un pete divertido).
Pero cuando creía que más loca, histérica y rebuscada no podía ser me encontré con una situación que, POR LEJOS, superó ampliamente mis expectativas. No solo estaba intentando calmar a mi ex, que lloraba desconsoladamente en el boliche… sino que empecé a tirar frases pedorras una atrás de la otra del estilo de “no te merece, sos mucho hombre para ella” “cuando se dé cuenta del tipo que perdió, va a volver de rodillas a pedirte perdón”. Sí, yo le estaba reconstruyendo la dignidad  nada más y nada menos que al hijo de puta que se había encargado de hacerme sentir la mujer más horrible y despreciable del planeta cuando decidió renovarme por la minusa (que ahora felicito) esa que había logrado rebajar su monstruoso ego a la imagen patética de un pelotudo llorando en el boliche porque el gato se estaba apretando a otro!
No solo me sentí sumamente patética, sino que me traume tanto que apenas llegue a mi casa me puse el pijama, case la botella de vodka y decidí que la única manera de salir de nuevo iba a ser con una camisa de fuerza y directo al Moyano.